Cuando conocimos a Juanita, su pelo era muy cortito, su piel un poco reseca por las quimioterapias, a veces tenía un poco de fatiga; sin embargo, su sonrisa y espíritu alegre iluminaba toda la habitación y nos contagiaba a todos de felicidad.
Juanita se graduó en la Primera Generación de El Camino Rojo, en Diciembre 2018. Un evento histórico, pues era la primera vez que ROSAesROJO llevaba a cabo este evento, gracias a la confianza de socios comunitarios y donantes del Norte de Texas.
Juanita supo de El Camino Rojo gracias a Cancer Support Community del Norte de Texas. Ella había sido diagnosticada con cáncer de mama, y estaba a punto de terminar sus tratamientos. Juanita buscaba una comunidad, y también información, para vivir con más calidad después de los tratamientos para el cáncer. Y fue así como conoció de ROSAesROJO y decidió participar en los talleres de bienestar, mentorías, grupos de soporte, y comenzar esta aventura de aprendizaje y de formar comunidad.
Juanita supo la noticia de la metástasis de su enfermedad hace poco más de un año, y eso no fue suficiente para detener su entrega, su alegría y su amor por los demás. Aún en medio de nuevos tratamientos y dolor, Juanita participó activamente en eventos y proyectos de ROSAesROJO, y de otras organizaciones sociales en las cuáles participaba. Su sonrisa siempre presente. Sus bromas y sentido del humor, levantaban el ánimo a todos.
Juanita se certificó como Embajadora de ROSAesROJO en Diciembre 2019, y en esta función en especial, acompañó a otras mujeres en su camino de bienestar.
Juanita ganó la paz que solo una vida PLENAMENTE vivida puede dar. Hoy queremos rendirle un tributo y recordar todo el cariño que le tenemos. ¡Gracias Juanita por ese ejemplo de alegría! ¡Tú nos enseñaste que es solo compartiéndola como encontramos más!
Gracias Juanita por tu servicio, dedicación y amor por ROSAesROJO. Vives siempre en nuestros corazones.
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“Conocí a Juanita en #ElCaminoRojo en el año 2018. Ella estaba terminando su tratamiento de cáncer y yo apenas lo empezaba. Lo que más me llamó la atención de ella fue su personalidad. Era una mujer muy fuerte, directa y sobre todo siempre dispuesta a ayudar a quien fuera. El recuerdo más lindo que tengo con ella es que en uno de los entrenamientos que tuvimos juntas descubrimos que detrás del salón había una resbaladilla, así que decidimos ir a jugar. Yo la grababa y ella se aventaba. Nos reímos muchísimo, se divertía como una niña jugando…¡Así era ella!...Espontánea y divertida. Doy muchas gracias por mi tiempo con ella.”
- Lesly, 2022
“Juanita y yo nos conocimos en una clase de belleza impartida por el Cancer Support Community del Norte de Texas, en Mayo del 2018. Las dos estábamos peloncitas porque estábamos en tratamiento, y esa vez me llamó la atención lo hermosa que era. Fue meses después cuando realmente nos hicimos amigas. Nos encontramos nuevamente en el Hospital Parkland porque coincidimos en una cita para nuestra quimioterapia. Ella me comenzó a hacer plática y fue ahí cuando empezamos a llamarnos por teléfono y visitarnos regularmente. Curiosamente ella fue la que me envió toda la información para integrarme a ROSAesROJO. Ella y yo tomamos El Camino Rojo juntas. La recuerdo con mucho cariño porque ella fue una gran amiga. Siempre me llamaba y me buscaba. Inclusive llegamos a participar juntas como voluntarias de ROSAesROJO. Siempre recordaré a Juanita con su espíritu alegre, sus chistes y su amoroso corazón.”
- Nancy, 2022
Conocí a Juanita en un taller de ROSAesROJO. Ella fue invitada por Cancer Support Community of North Texas, quien es uno de nuestros socios comunitarios. Juanita estaba terminando su tratamiento de cáncer de mama cuando llegó a los talleres. Recuerdo muy bien que su primer taller fue uno presencial, en Meadows Conference Center. Juanita fue una participante muy activa y siempre sonriente. ¡No le daba pena nada! Era como “el alma de la fiesta”, (¡o del taller!). Juanita se graduó de El Camino Rojo en la PRIMERA Generación, en el Hotel Hilton Anatole, en Diciembre 2018. Recuerdo que varias veces me comentó que lo que más necesitaba ella trabajar, como superviviente, era su salud emocional: reconocer lo que estaba sintiendo y viviendo. Estoy segura que lo hizo siempre MUY BIEN. Y, como Embajadora, Juanita ayudó a muchas otras mujeres a hacerlo también. Juanita se distinguió siempre por servir con mucha alegría en los talleres, en eventos, en celebraciones. Recuerdo bien el día que estaba como niña chiquita, feliz jugando en una resbaladilla en uno de nuestros talleres (¡sí, había una resbaladilla en el edificio donde estábamos trabajando; muy divertido!). Su alegría, amor por los demás y su espíritu de servir sigue y seguirá contagiándonos a todos.
- Aideé, 2022
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