Mi nombre es María del Rosario Ledezma, aunque todos me llaman Charo. Soy originaria de San Luis Potosí, México, y actualmente resido en Garland, Texas. Mi vida en Estados Unidos comenzó como una estancia temporal, pero se convirtió en un nuevo hogar cuando la seguridad en mi país se complicó. Aquí, mis dos hijas nacieron y han comenzado a construir su futuro. Mi hija mayor se graduará pronto en Negocios Internacionales, y estoy increíblemente orgullosa. Aunque hoy mi vida está en un buen lugar, no siempre ha sido fácil.
Al llegar a Estados Unidos, enfrentarme a la distancia de mi familia y amigos fue uno de los mayores desafíos. Proviniendo de una familia muy unida, la separación fue dolorosa. Para superar el vacío, me sumergí en el trabajo, muchas veces sin tomarme el tiempo necesario para cuidar de mí. Mi alimentación y mi rutina de ejercicios quedaron en segundo plano, aún cuando siempre fue algo que me apasionaba. Sin embargo, mis ganas para el voluntariado y mi deseo de aprender siempre estuvieron presentes, incluso cuando no podía dedicarle el tiempo que requerían.
Todo se vino abajo con la pérdida de mi padre, hace un año y cuatro meses. Fue un golpe devastador. Sin embargo, en mi búsqueda por sanar el duelo, me acerqué a varias organizaciones de apoyo. Fue durante una clase de "Attitudes & Attire" que descubrí a ROSAesROJO. Me intrigó mucho y decidí unirme a su programa de bienestar: "El Camino Rojo".
Antes de conocer a ROSAesROJO, ya contaba con varias fortalezas. Siempre he sido una persona resiliente, dispuesta a aprender y a contribuir a mi comunidad. Pero el programa me ayudó a redescubrir y potenciar estas cualidades. Aprendí a cuidar mejor de mi salud física, mental y emocional, y cada sesión fue una fuente de felicidad y conocimiento, gracias al apoyo incondicional de Tania, Yesi y Yuliana, quienes colaboran en la organización. Ellas siempre estaban dispuestas a resolver nuestras dudas y a motivarnos a lograr nuestras metas.
ROSAesROJO me mostró que es posible hacer cambios significativos en mi vida, comenzando siempre con pequeños pasos. Mejoré mi alimentación, retomé mi rutina de ejercicio y aprendí a cuidar de mi salud mental. Este viaje no solo me ha beneficiado a mí, sino que también ha tenido un impacto positivo en mi familia.
Hoy, me siento verdaderamente empoderada en salud. Aplicar los conocimientos que adquirí en el programa ha sido transformador. Mi familia ha notado los cambios y eso me llena de felicidad. Cuando me reúno con amigos y familiares, comparto mi experiencia y los animo a recorrer su propio Camino Rojo, sabiendo que cada pequeño avance cuenta.
ROSAesROJO es mucho más que una organización; es un pilar de apoyo en salud física, mental y emocional. Invito a todos a explorar sus programas y a descubrir cómo pueden cambiar su vida y su bienestar.
Aunque mi viaje de empoderamiento continúa, estoy comprometida a seguir aprendiendo y creciendo cada día. Si tú también estás buscando un cambio, te animo a que te des la oportunidad de recorrer este camino. Te invito a unirte a esta increíble comunidad y a descubrir el poder de tu propio empoderamiento.
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