Mi nombre es Mónica Aguilera, tengo 28 años. Nací en Jalisco, al igual que mi madre. Cuando yo apenas tenía 3 años de edad, mi mamá tomó la decisión de mudarnos a los Estados Unidos. Aunque soy originaria de México, este país es mi hogar. Siempre fui muy unida a mi madre, Blanca Flores.. Juntas nos enfrentamos a muchos retos, y siempre salimos adelante.
En mi casa llevábamos un estilo de vida “promedio” y puedo decir que éramos muy felices. Sin embargo, un día todo dio un giro de 180 grados. En Junio de 2018 mi mamá fue diagnosticada con cáncer de estómago. Estuvo en el hospital y después de unos meses mejoró. Recién salió de estar hospitalizada descubrió a ROSAesROJO a través de Univision; alguien en la televisión hablaba de becas para un programa de bienestar y prevención de cáncer. Mi mamá comenzó a ser parte de los talleres y a involucrarse en El Camino Rojo. Se graduó en Diciembre de 2018. Le enseñaron a cuidar su alimentación, su físico y sobre todo a pensar positivo. Cada día la veía más contenta y optimista. Tuve el placer de ver cómo aprendió a enfrentar cualquier situación que se le presentase de una manera positiva. ROSAesROJO le cambió la vida, y llegó en el momento perfecto, ya que debido a su diagnóstico, era imprescindible que cuidara de su salud.
Después de un tiempo mi mamá se animó a ser voluntaria en la organización, y le gustaban tanto los talleres que me invitó a ser parte de ellos. Al igual que a mi madre, formar parte de El Camino Rojo me cambió la vida. ¡Aprendí a cuidar más de mi, y de mi bebé que ya venía en camino!
Mi madre falleció en Julio del 2020, y vaya que no ha sido fácil estar sin ella. Si soy honesta, muchas veces me siento sola. Actualmente mi hija ya tiene un año y medio, y la quiero cuidar y amar de la misma forma que lo hizo mi mamá conmigo. Entendí que para poder cuidar de ella y darle una mejor vida, necesito cuidar primero de mi.
También entendí que no importa cuantas veces me caiga, lo importante es levantarse. Cuando recién perdí a mi mamá descuidé todos mis hábitos, y comencé a sentirme muy mal, física y emocionalmente. Hoy, poco a poco, voy recuperando las ganas de hacer las cosas bien y de regresar a mi rutina. Hoy sigo adelante. Y sé que para mi mamá eso es valentía y debe estar muy orgullosa de mi. ¡Quiero echarle muchas ganas a la vida, por mi, por mi hija, por mi familia, y para honrar a mi mamá!
Pude ver de primera mano como otras voluntarias y equipo de ROSAesROJO animaron y acompañaron a mi mamá en un camino muy difícil: el de la recurrencia de su cáncer y deterioro físico. Siempre estaré agradecida por eso.
Se que mi madre estaba infinitamente agradecida con todo lo que aprendió en su tiempo con ROSAesROJO, y todas las oportunidades que tuvo mientras estaba aquí. Saber que ella fue feliz, saludable y plena los últimos años de su vida me llena de felicidad. Seguiré viendo la vida con optimismo, tal y como mi mamá lo hizo hasta el final.
Si estás leyendo esto, quiero decirte que por más difícil que sea una situación o reto, ¡salir adelante es posible! ROSAesROJO es una gran ayuda para conseguir paz y bienestar, y siempre estaré agradecida por todo lo que hicieron y siguen haciendo por nosotros. Seguiré caminando día con día, paso a paso, hacia la salud.
Nota de Tania y Aideé:
Blanquita fue incansable a la hora de servir, de acompañar, de invitar a alguien más. Incansable. Admirable. Recordamos perfecto cuando en la graduación de Junio de 2019, Moni, su hija, se graduaba de El Camino Rojo, y una linda bebé venía ya en camino. ¡Tres generaciones decidiendo por vivir una vida con más bienestar y felicidad!
Tuvimos la oportunidad de visitarla en su casa un par de días antes de morir. Su hermana había llegado de México, y tenían muchos años de no estar juntas. Qué maravilloso regalo. Y podemos constatar que, aún cuando el cuerpo físico de Blanquita sufrió y fue apagándose, un poquito cada día, su espíritu hizo todo lo contrario.
Los días de Blanquita en el hospital, después de cirugías, en cama, sin poder recibir muchas visitas pues la pandemia estaba en su apogeo, hicieron CRECER su espíritu; lo fortalecieron. De una manera muy especial y un tanto misteriosa, Blanquita nos irradió siempre luz y valentía para seguir caminando.
Blanquita Flores nos dejó claro que es vital motivar a otras mujeres a cuidarse en cuerpo, alma y mente, y nos invitó a vivir los retos de la vida con SENCILLEZ, AMOR y con FE de que nos llevarán siempre, siempre, a un lugar mejor.
Blanquita murió un 4 de Julio, 2020. Ese día, ¡hubo muchas luces de colores en el cielo!
Descanse en paz, Blanquita Flores.
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